El PSN en su encrucijada

Este sábado se celebra el Congreso del PSN-PSOE, otra vez las dos almas de un partido que sigue buscando su destino enfrentadas. De un lado quienes de una manera “pragmática” pero vil lo llevan por la senda del pacto anti natura y deleznable con la derecha más reaccionaria de este país (ponga aquí cada cual lo que desee), de otro quienes siempre han defendido (con algún añadido de última hora) una opción progresista, de unión de las izquierdas a esa derecha que ya lleva demasiado tiempo gobernando Navarra. También supone el enfrentamiento de quienes con un seguidismo a esa derecha totalmente erróneo se enfrentan a aquellos que ven en el PSN una opción puente entre el nacionalismo español y el vasco, un puente no solo necesario sino imprescindible en los tiempos actuales. A los que apuestan por el diálogo y el entendimiento para consolidar la paz. Por último supone una confrontación entre los que tienen un sentido de la política patrimonial, sectaria, que se apoyan en el amiguismo y ejercen de Torquema ante cualquier atisbo de diferencia ideológica y aquellos que creen en un PSN abierto, plural, respetuoso con los diferentes como manera de enriquecerlo, democrático y que respete la libertad de expresión y de pensamiento.
Durante esos años los primeros han campado a sus anchas amparados por el silencio cómplice de nuestros hermanos mayores conscientes de que Navarra no supone nada, pero que cualquier movimiento excepcional aquí puede tener repercusiones allí, de ahí lo ocurrido en el lamentable verano de 2.007 y también con la maniobra táctica de ir a un modelo de partido pequeño, esquilmado para que los cargos públicos, internos y externos, sus familias y amigos, quienes están ahí solo por un puesto de trabajo sean mayoría suficiente para poder ganar un Congreso. Eso puede pasar este sábado, aunque hay quien opina que por fin se puede dar la vuelta a esta situación y que el viento fresco, la renovación real, el cambio de escenario político aún es posible además de necesario. Ojala sea así, no va a ser fácil, los poderes fácticos preocupados por un cambio de rumbo que produzca un cambio de gobierno que no desean, están poniendo toda la carne en el asador, potenciando a los lacayos que han propiciado que aquí nada pueda cambiar, respetando el poder casi absoluto de una derecha anclada en sus intereses partidarios. Por otro lado la militancia, la poca que queda después de la desbandada de los últimos años en los que se perdió una parte fundamental de activo ideológico, está desconcertada, luchando con la contradicción de su planteamiento natural contra el pacto con la derecha y la necesidad de prebendas de diferentes tipos que les supone ese pacto. Pero pase lo que pase el día después nada debería ser igual. Si se gana estaría muy claro que el pacto con UPN saltaría hecho añicos y un nuevo tiempo comenzaría, pero si se pierde, por primera vez en la reciente historia esa alma nueva, revolucionaria si se quiere, que ha emergido de nuevo debe seguir como grupo de presión al menos para entorpecer los desmanes actuales, para influir en la nueva praxis política del PSN. Esa es la clave, no se puede, no se debe hacer como en situaciones anteriores que después del gran esfuerzo de diseñar una alternativa honesta y creíble abandonar las trincheras ante la primera derrota. Eso genera frustración y desencanto en la militancia, por eso esta vez debe ser diferente, hay que seguir manteniendo la bandera erguida, porque un 30 o un 40 % en tres días se puede convertir en una mayoría suficiente tal y como están los tiempos. La izquierda en estos momentos está absolutamente desconcertada, en la crisis que estamos sufriendo ni está ni se la espera, pero al menos en Navarra hay posibilidades sumando las diferentes izquierdas, la nacionalista también ahora que ETA comienza a ser un mal sueño, de dar un vuelco, un giro a la situación actual y poder diseñar un gobierno de izquierdas diferente, novedoso e ilusionante.
El sábado no estaré allí, aunque desde Catalunya militando ahora en el PSC (hace diez días que me han confirmado este hecho) aún me siento del PSN, será el primer congreso que me pierdo en 22 años, pero mi energía positiva, mi apoyo vivencial e ideológico irá directamente dirigido a Manuel Campillo y a todas y todos las compañeras y compañeros que junto con él van a librar una batalla fundamental, estratégica. Por el bien del PSN, de la izquierda, de los navarros y navarras les deseo que sumen los máximos apoyos posibles. Éste es el momento, éste el lugar.

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