Quo vadis PSN-PSOE?

Artículo publicado el 25 Abril 2012 en Diario de Noticias de Navarra.
Este sábado se ha celebrado el Congreso del PSN-PSOE, de nuevo las dos almas de un partido que sigue buscando su destino se han enfrentado, con victoria de la peor para su futuro, para el futuro de la izquierda en Navarra y para la propia Navarra. De un lado quienes de una manera “pragmática” pero vil lo llevan por la senda del pacto anti natura y deleznable con la derecha más reaccionaria de este país (ponga aquí cada cual lo que desee), de otro quienes siempre han defendido (con algún añadido de última hora) una opción progresista, de unión de las izquierdas a esa derecha que ya lleva demasiado tiempo gobernando Navarra. También ha supuesto la confrontación entre quienes practican un seguidismo a esa derecha totalmente erróneo y aquellos que ven en el PSN una opción puente entre el nacionalismo español y el vasco, un puente no solo necesario sino imprescindible en los tiempos actuales, a los que apuestan por el diálogo y el entendimiento para consolidar la paz y una alternativa real progresista y de izquierda.
Por último ha supuesto la lucha entre los que tienen un sentido de la política patrimonial, sectaria, que se apoyan en el amiguismo y ejercen de Torquema ante cualquier atisbo de diferencia ideológica y aquellos que creen en un PSN abierto, plural, respetuoso con los diferentes como manera de enriquecerlo, democrático y que respete la libertad de expresión y de pensamiento. Durante esos años los primeros han campado a sus anchas amparados por el silencio cómplice de nuestros hermanos mayores, conscientes de que Navarra no supone nada pero que cualquier movimiento excepcional aquí, puede tener repercusiones allí, de ahí lo ocurrido en el lamentable verano de 2.007. También con la maniobra táctica de ir a un modelo de partido pequeño, esquilmado para que los cargos públicos, internos y externos, sus familias y amigos, quienes están ahí solo por un puesto de trabajo sean mayoría suficiente para poder ganar un Congreso, como así ha ocurrido. Había quien, ingenuamente como se ha demostrado, creía que se podía dar la vuelta a esta situación y que el viento fresco, la renovación real, el cambio de escenario político era posible además de necesario. Éramos conscientes de que no iba a ser fácil, porque los poderes fácticos preocupados por un cambio de rumbo que produjera un cambio de gobierno que no deseaban, han puesto toda la carne en el asador potenciando a los lacayos propiciando que aquí nada pueda cambiar, respetando así el poder casi absoluto de una derecha anclada en sus intereses partidarios. Por otro lado la militancia, la poca que queda después de la desbandada de los últimos años en los que se perdió una parte fundamental de activo ideológico, ha estado desconcertada, luchando con la contradicción de su planteamiento natural contra el pacto con la derecha y la necesidad de prebendas de diferentes tipos que les supone ese pacto. Se ha perdido, aunque con un resultado mejor para las tesis sensatas, honestas; se ha perdido, pero ahora que estamos en el día después nada debería continuar de la misma manera. Si se hubiera ganado habría quedado claro que el pacto con UPN saltaría hecho añicos y un nuevo tiempo comenzaría, pero a pesar de la derrota del sábado no puede, no debe suponer que todo siga igual. Por primera vez en la reciente historia esa alma nueva, revolucionaria si se quiere, que ha emergido de nuevo debe seguir como grupo de presión al menos para entorpecer los desmanes actuales, para influir en la nueva praxis política del PSN y más con casi un 40 % de apoyos cosechado. Esa es la clave, no se debe hacer como en situaciones anteriores que después del gran esfuerzo de diseñar una alternativa honesta y creíble se han abandonado las trincheras ante la primera derrota, porque la guerra es larga y ya dura más de 20 años. Eso genera frustración y desencanto en la militancia, por eso esta vez debe ser diferente, hay que seguir manteniendo la bandera erguida, porque ese 40 % en tres días se puede convertir en una mayoría suficiente tal y como están los tiempos. La izquierda en estos momentos está absolutamente desconcertada, en la crisis que estamos sufriendo ni está ni se la espera, pero al menos en Navarra hay posibilidades sumando las diferentes izquierdas, la nacionalista también ahora que ETA comienza a ser un mal sueño, de dar un vuelco, un giro a la situación actual y poder diseñar un gobierno de izquierdas diferente, novedoso e ilusionante para el 2015. El sábado no estuve allí, aunque desde Catalunya militando ahora en el PSC (hace diez días que me han confirmado este hecho) aún me siento del PSN y por eso lo he seguido paso a paso. Ha sido el primer congreso que me pierdo en 22 años, pero mi energía positiva, mi apoyo vivencial e ideológico ha ido directamente dirigido a Manuel Campillo y a todas y todos las compañeras y compañeros que junto con él han librado una batalla desigual, fundamental, estratégica. Por el bien del PSN, de la izquierda, de los navarros y navarras su lucha, su esfuerzo debe continuar. Nunca me han gustado las frases: “ahora todos con el ganador” o “el ganador es el jefe de todos” después de un Congreso como éste en el que la confrontación ideológica e incluso vivencial ha sido tan profunda, tan estratégica. Se debe respetar, como no podía ser menos, la decisión democráticamente expresada, pero esa decisión no anula las diferencias, no elimina de un plumazo las diferentes tesis y por ello la lucha debe continuar, va a continuar.
Algún día se ganará, pero para lograrlo hay que entender que lo de este fin de semana ha sido solo una batalla, que habrá otras y que algún día saldremos victoriosos de esta confrontación de ideas y de maneras de entender la política. Algún día compañeras y compañeros que hoy os sentís derrotados, ganaremos la guerra. Qué mejor para terminar musicalmente esta reflexión que lo último del grupo navarro más histórico: BARRICADA

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