Emergencia nacional

Artículo publicado en DEIA el 29 Julio 2013



Según el diccionario de la RAE “emergencia” significa: “situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata “. Es la situación real que atraviesa este país en los últimos tiempos.

Desde hace ya varios años la ciudadanía ha detectado que unos de los principales males que nos afectan, que lastran nuestro presente y lo que es más grave nuestro futuro es la corrupción: “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”, o sea que los representantes institucionales que están nombrados para buscar el bien común, todo aquello que beneficie a la ciudadanía que representan, realmente usan ese poder para su beneficio personal, de sus familias, amigos, o de la organización a la que pertenecen.

Pero no solo la corrupción, que es el estadio máximo y por tanto denunciable como delito, también la corruptela que aunque no tiene esa gravedad sirve para el mismo beneficio personal.

El reciente caso de Pepe Blanco, el todopoderoso secretario de organización del PSOE y ministro de la época del gobierno Zapatero, conocido en Navarra por su nefasta intervención en 2007 cuando pudo darse un ilusionante gobierno alternativo a UPN liderado por Puras (ese mismo tipo de gobierno que ahora casualmente plantean los actuales dirigentes del PSN, espero que con un mayor éxito), es muy ilustrativo. Resulta evidente que el Tribunal Supremo no ha considerado que fuera delito hablar con un empresario para buscar un trato de favor, incluso a pesar de la rocambolesca historia de reunirse en una gasolinera de carretera, pero resulta igual de evidente que no parece normal que eso ocurra y deja un margen amplio a la duda de que supuso un acto de corruptela. No es delito pero resulta igual de deleznable.

En Navarra estamos siendo afectados por el mismo mal. ¿Cómo se considera que alguien haciendo uso de su posición en el Consejo de Administración de la Caja de Ahorros de Navarra obtenga préstamos “blandos” en un momento en el que están absolutamente restringidos para el resto de la ciudadanía, para ellos y/o sus familiares? ¿Corrupción y por lo tanto delito tipificado por las leyes? Probablemente no, pero sí un acto de corruptela inadmisible. Presuntamente uno de los “afectados” es el actual secretario general del PSN, Roberto Jiménez, un partido de la izquierda, defensor de principios éticos. ¿Debiera haber continuado un minuto más en su puesto al conocerse la información? Rotundamente NO! ¿Supone un desprestigio para ese partido que no haya sido cesado fulminantemente? Indudablemente SÍ!

Aunque en el pasado hemos vivido episodios parecidos (el caso del hermanísimo de  Guerra, Urralburu-Roldán, FILESA,  que probablemente consiguieron la caída de un Gobierno consolidado como el de Felipe González) nunca fueron tan continuados y afectando a tantas instituciones y partidos como ahora.

La trama Gürtel, la implicación de un miembro de la Casa Real como Iñaki Urdangarín, en Catalunya el affaire del Palau de la música catalana, con Millet y Montull, el caso de Oriol Pujol apuntan a CiU, los referidos a los ayuntamientos de Santa Coloma primero y posteriormente Sabadell y Montcada i Reixac apuntan al PSC, en Andalucía el grave caso de los ERE’s especialmente por darse en un momento de crisis brutal y por último el más sangrante por su importancia: el del tesorero del PP, Luis Bárcenas que ha acaparado portadas de los diarios en las últimas semanas.

Casi todos los partidos están implicados, incluso IU se ha visto salpicado al compartir responsabilidades con el PSA en Andalucía y adoptar posiciones de dudoso calado ético como votar en contra de que abra una comisión de investigación en el Parlamento andaluz.



Pero con los últimos episodios del caso Bárcenas el vaso de la paciencia de la ciudadanía se ha acabado de desbordar y parece que la continuidad de Rajoy puede resultar imposible. Los barones y baronesas del PP saben del desgaste que esto supondrá para toda la organización y estarán haciendo cábalas sobre su sustitución. Con ello tratan de evitar elecciones, continuar con su mayoría absoluta y apuntarse el tanto de que ellos lideran la regeneración con el sacrificio generoso de Rajoy.  No sé cuánto tiempo aguantarán la tensión y la "unidad" pero resulta evidente que lo acabarán haciendo. Han de elegir entre una dimisión a tiempo de Rajoy, elecciones anticipadas en medio de un gran desgaste del PP, la moción de censura del PSOE o un recambio en Moncloa a tiempo por Soraya Sáenz de Santamaría. La elección parece clara, pero eso no va a solucionar el profundo deterioro institucional habido en los últimos tiempos, ni recuperar la confianza de la sociedad en unos partidos corroídos por su putrefacto funcionamiento.

Desde la izquierda, especialmente desde el PSOE, igualmente deteriorada pero con un plus de gravedad añadido al ser defensora de principios que durante décadas la han impregnado, como le ética, honestidad, sinceridad, lealtad a los principios, emerge un intento de buscar alternativas a esta situación. De momento sin tomar valientemente las medidas necesarias que pasarían por una limpia absoluta y radical de todas aquellas personas que la han permitido por acción o por omisión, siendo capaces después de liderar social y políticamente la lucha contra la corrupción y las corruptelas. Para hacerlo no solo debe denunciar los casos de los demás, sino dar ejemplo asumiendo los propios, tomando medidas contundentes ante cualquier atisbo de que la misma se haya ejercido desde su casa.

No solo la corrupción pone en peligro la estabilidad de nuestro país. La profunda crisis que ya dura casi seis largos años, una tasa de paro absolutamente inadmisible y las tensiones centro-periferia no resueltas debidamente desde la Transición, nos sitúan ante un futuro desesperanzador. Esa tensión está subiendo de una manera peligrosa en Catalunya y resulta paradójico ya que hace apenas unos años, todo parecía indicar que sería Euskadi la afectada. El final de ETA, la inteligente reconversión de la izquierda abertzale, un PNV dirigido por una persona cabal y sensata como Urkullu, alejado de viejos aventurismos, incluso la ponderación del PP y PSE han permitido un tránsito más pausado, inteligente y sin sobresaltos. Pero en cambio Catalunya camina por una senda de confrontación de consecuencias imprevisibles.

La sensación es que la suma de todas esas circunstancias sitúa a nuestro país en emergencia nacional. Las luces rojas encendidas y aunque todavía el estallido social está siendo controlado con apenas algún caso sonado de “escrache”, concentraciones a las puertas de las sedes del PP exigiendo la dimisión de Rajoy, o tomas aisladas de fincas de famosos y sucursales de bancos, todo parece indicar que estamos ante una olla a presión a punto de estallar. Las cúpulas de los partidos, en especial los mayoritarios, más empeñados en salvar los muebles que de prever ese estallido, están siendo incapaces de controlar la situación.
 

Solo si una profunda revolución interna, pacífica pero contundente, produjera cambios radicales en ellos se podría recuperar ese control. Solo si los lideran gentes libres de cualquier sospecha ni por acción, ni por omisión y por supuesto acto seguido con una convocatoria de nuevas elecciones a las que se presenten liderados por quienes sean absolutamente creíbles socialmente en la lucha contra esa lacra, será posible enfriar esa olla. Aunque no parece probable en estos momentos.

Habrá que confiar no obstante en que eso se produzca antes de que otra revolución, ésta menos pacífica y controlada, se lleve por delante nuestra democracia y nuestro país. Veremos…

Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN, militante actual del PSC.

Villava-Atarrabia 22 Julio 2013

 

 

Comentarios

  1. ¿Qué se puede hacer cuando los propios criminales son los que gobiernan un país?
    Saludos

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