NEBRASKA, un viaje sórdido lleno de emociones.
Esta tarde en la tertulia de cine me toca presentar NEBRASKA
del director Alexander Payne autor de películas tan afamadas como “Entre copas”,
“Los descendientes” o “A propósito de Schmidt” nominada a 6 oscars incluido
mejor película, director, actor, actriz de reparto y fotografía. Merecidos todos
ellos en especial el de Bruce Dern recuperado para el cine que simplemente lo
borda y la fotografía deprimente de vital importancia en una película rodada en
blanco y negro.
Payne es un directo con
una gran personalidad que puede generar sentimientos encontrados, o te gusta
mucho o te aburre soberanamente, pero nunca te deja indiferente, la película
peca como todas las que nos vienen de EE.UU. de su excesivo metraje, le sobran
20 o 30 minutos y eso que el final es de lo mejor que tiene, el espacio donde
la sensibilidad, la generosidad, se expresan con mayor intensidad. Donde te
emociona.
Es un viaje sórdido y
poético de un viejo con alzheimer persiguiendo una quimera y su hijo que
demuestra que aún es posible que un hijo se sacrifique por su padre. Quizás
debieran visionarla en las escuelas nuestros adolescentes si fueran capaces de
aguantar tanto mensaje.
Historia de perdedores
en la que Payne habla con gracia,
patetismo, ternura, comprensión, mordacidad y unas gotas de surrealismo del
desamparo de esa gente.
Un viaje
por la américa profunda, deprimida, sin concesiones con personajes patéticos y otros
en cambio memorables como el de su esposa, torrencial y vitriólica, quejumbrosa y pragmática,
sabia y cínica, transgresora y clásica, más comprensiva de lo que quiere
aparentar, admirablemente interpretada por June Squibb.
A pesar de su sordidez, de los paisajes caducos, desvencijados, consigue
meternos en la historia y por momentos al menos a mí emocionarnos, pareciendo
más una película europea que americana. Con final abierto, pero aquí sí para su
consumo, lleno de esperanza, un final en cierto modo feliz. La escena del viejo
Woody conduciendo por su pueblo “su” camioneta con el hijo agachado para que no
le vean es genial. Él y su hijo simbolizan en cierto modo Don Quijote y su fiel
escudero Sancho, peleando con molinos de viento en busca de la utopía. Una
película que desde la derrota y la depresión nos lleva a la esperanza….en un
tiempo donde tanto falta nos hace. Nos trae gestos solidarios como los de David
de los que ya no se ven por estos lares.
Ahhh y como fondo, como salsa donde se va cociendo el guiso el
alcoholismo, las humillaciones de la vida de alguien como Woody-Dern que no
sabemos a ciencia cierto si está loco o cuerdo, porque la locura a veces es el
estado más cuerdo de nuestro tiempo y quizás recomendable para saborear la vida
y sobrevivir a ella.
Una gran película que recomiendo a quienes van al cine a algo más que
entretenerse, que van a crecer como persona y emocionarse.
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