Ustedes que pueden, dialoguen, por favor
Artículo salido en PUBLICISCOPIA el 23 Septiembre 2014
Al final de la manifestación que recorrió las calles de Barcelona como
repulsa por el asesinato del socialista Ernest Lluch en Noviembre de 2000, la prestigiosa
periodista Gemma Nierga, que fue la encargada de leer el manifiesto final, se
saltó el guion pronunciando una frase que dejó seco, con cara de póker, al duro
José María Aznar allí presente y por entonces Presidente del Gobierno: “Estoy
convencida de que Ernest, hasta con la persona que lo mató, habría intentado
dialogar; ustedes que pueden, dialoguen, por favor".
Fue como puñetazo que la sociedad civil a través de Gemma, daba en la
mesa de unos políticos enquistados en la confrontación y la guerra. Esa reflexión
se pronunciaba después de un infame asesinato y en un momento muy duro de la
banda terrorista ETA.
Viene ahora a mi memoria aquella famosa frase que quizás marcó el
devenir de la solución de un conflicto que parecía eterno e irresoluble,
observando la tensión centro-periferia actual. Se refería Gemma a la necesidad
de solucionarlo por la vía del diálogo y el entendimiento entre muy diferentes
y de alguna manera así se hizo, aunque fuera de manera minoritaria, paciente y
discreta. Hoy 14 años después aquella situación ha cambiado radicalmente.
Me pregunto ahora que veo otra dura confrontación, en éste caso entre el
Estado y Catalunya, si Gemma no debiera haberla pronunciado de nuevo, también
en las calles de Barcelona al final del acto multitudinario de la pasada Diada.
“Ustedes que pueden, dialoguen”. Ustedes que pueden señores políticos
dejen a un lado sus intereses partidistas, electoralistas, siéntense frente a
frente y no se levanten hasta llegar a un acuerdo definitivo. Porque se lo
deben a la sociedad, a la española y a la catalana, a esas que dicen
representar y a las que no pueden conducir como están haciendo a un callejón
sin salida, a la confrontación estéril, al borde de precipicio.
Hoy la responsabilidad de Rajoy y Más es máxima, en menor medida también
la de Junquera y Sánchez, especialmente él ya que el PSOE ha propuesto la
denominada tercera vía. Máxima o límite porque se les ha elegido para
solucionar problemas, no para crearlos o agudizarlos. Ésa es su misión y si son
incapaces de hacerlo lo más digno sería que se fueran dejando su lugar a otros que sí lo hicieran.
¿La situación actual es difícil? Indudablemente sí. ¿Es superable?
También. ¿Cómo? Como decía hace 14 años Gemma, dialogando, negociando, llegando
a acuerdos. ¿Es posible? Por supuesto, pero para ello hay que ceder, buscar
puntos de encuentro, ser audaces, imaginativos y especialmente generosos.
Del resultado del referéndum de Escocia se pueden extraer grandes
enseñanzas, la primera que para llegar a la situación que plantea ahora Cámeron
no hacía falta ese viaje. Que el referéndum y la tensión que ha provocado en
ambas sociedades se podía, se debía, haber evitado negociando antes esa mayor
autonomía que ahora está ofreciendo a Escocia.
Evitar que eso ocurra también aquí es la obligación de nuestros
políticos, los de aquí y los de allí. Aún no se ha cruzado la delgada línea
roja que separa lo complicado de lo irresoluble, la tensión de la confrontación
directa, por eso ahora millones de voces debieran lanzar el mensaje de Gemma Nierga:
Dialoguen señores políticos, ustedes que pueden solucionar el desaguisado
provocado háganlo, siéntense ya e intenten llegar a acuerdos, construyan puentes
por los que comunicarse y desde luego no los dinamiten.
Lo contrario será negativo para ambas ciudadanías.
Aunque se obligue por
la fuerza de la ley a paralizar un derecho como el de decidir que se ha
demostrado inmensamente mayoritario en Catalunya, ese pueblo seguirá
insistiendo, pero esta vez con el peligro de la frustración producida por la imposición
central. Jamás una solución que llega a través de la fuerza de la ley y no de
la razón, del convencimiento, del consenso ha sido eficaz y mucho menos
duradera.
Aún hay tiempo, poco pero hay, mi experiencia sindical en la negociación
de convenios me indica que cuanto menos queda más fácil es llegar a acuerdos.
Rajoy, Mas, Sánchez, Junquera, dialoguen (voy a ser menos sutil) coño!,
negocien y acuerden. Para eso les elegimos, para eso les pagamos.
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