30/20: Navarra por el cambio imprescindible
Artículo publicado en PUBLICOSCOPIA el 28 Abril 2015 y GARA 29.
El domingo aparecía en
la prensa navarra una de esas encuestas electorales que tradicionalmente quedan
muy cerca de la foto final. En ella quedaba plasmado que de nuevo el cambio es
posible, aunque posiblemente con negociaciones largas y complejas.
Después de 25 años de
poder absoluto de la derecha en Navarra las ansias sociales de cambio inundan
cada rincón de esta compleja parte de nuestro país. Las iniciativas se
multiplican, aunque el amargo sabor de la frustrante experiencia de Marzo del
pasado año, más el “Agostazo” del 2007 mantiene un poso de enfado y
desconfianza de que vuelva a ocurrir lo mismo ésta vez.
Según esa encuesta las
próximas elecciones de Mayo pueden resultar vitales a la hora de conformar mayorías
a favor de ése cambio, si como apuntan todos los indicios se dan los números en
ésa dirección. Da para un profundo análisis, comenzando por el cambio radical
en el mapa electoral que puede suponer dichas elecciones.
Un Parlamento de 50 con
nada menos que ocho fuerzas políticas, con el PSN-PSOE como quinta cuando
tradicionalmente ha sido segunda, o que por primera vez en la historia la suma
de la derecha en sus diferentes formatos más éste partido puedan no dar mayoría
absoluta, suponen un verdadero tsunami social y político. Eso añadido a la
irrupción fulgurante de Podemos o la reciente aparición de otro fenómeno
mediático como Ciudadanos. Un cambio
radical que va a generar muchas interpretaciones y controversia, más allá de
que sea una encuesta y sólo eso.
Durante estos últimos
años se ha ido generando un deseo incontenible por el cambio en una sociedad
navarra enfadada por el cortijo en el que UPN había convertido ésta respetable
comunidad, una UPN acostumbrada al poder absoluto que parecía perpetuo. Todo
ello con un PSN-PSOE que en los últimos tiempos ni estaba ni se le esperaba y
cuando fugazmente aparecía era para adoptar posiciones contrarias a su estatus
de izquierda pactando incluso lo no pactable con la derecha más reaccionaria
del estado. Especialmente duras fueron las comentadas espantadas en Agosto de
2007, o la más reciente de Marzo 2014, donde con todo acordado para darse ése
deseado cambio, cambió su posición a última hora de manera vergonzante.
Quizás las consecuencias
de ambas frustraciones vuelvan a darse ahora en Mayo y ésta encuesta sólo hace
anticiparlas.
Las previsiones de un
resultado de 14 para UPN, 3 PP, 3 Ciudadanos,
más los 5 de PSN se podrían medir a los 8 de Podemos, 9 Geroa Bai, 7
Bildu y 1 Izquierda-Ezkerra, la versión Navarra de IU. Un 25-25 tradicional que
obligarían a buscar la complicidad del PSN.
A éste análisis habría
que tener en cuenta las dos variantes que en las últimas semanas está
suponiendo el desinfle de Podemos que hace que la hipótesis más real sea que su
resultado pudiera ser menor y estar alrededor de 7, más el ascenso imparable de
una marca como Ciudadanos, potenciada desde los poderes fácticos, especialmente
las empresas del IVEX 35 temerosas ante el fenómeno surgido desde la izquierda,
trasladando la experiencia a la derecha que podría estar en un mejor resultado
dando al traste las anteriores previsiones.
Análisis aparte
merece el fenómeno Podemos. Reconozco que también, al
igual que a una parte importante de la ciudadanía, su aparición en la escena
social y política me produjo una sensación de ilusión y de cierto morbo. El
inicio había sido espectacular, rutilante, era como una bocanada de aire fresco
que irrumpía en un panorama político demasiado envejecido, obsoleto. Rompía con
todos los estereotipos ver a un grupo de jovenzuelos universitario subiéndose a
las barbas del poder establecido con propuestas novedosas, incluso rompedoras,
en las formas y en el fondo.
Pero ese idilio duró
poco, justo hasta escucharles que no eran ni de derechas ni de izquierdas y
comenzar así a detectar signos de prepotencia, de una cierta chulería cargada
de tópicos como considerar “casta” a todo los que no fueran de los suyos, o
mejor a los suyos, suyos.
Esa ilusión que generaba
entusiasmo y alegría se fue transformando poco a poco en decepción. Lo más
triste, quizás lo más doloroso es que bajo esa capa exterior de colores y
viento fresco se ha ido descubriendo el gris, las deficiencias, las
perversiones y maldades del ser humano, los viejos tics de los obsoletos
aparatos que también se aparecían en su seno. Lo de siempre recubierto de una
falsa originalidad.
La aparición de
pequeños casos, si no de corrupción al menos sí de corruptela ha decepcionado.
Pero los deslices de mayor calado los están teniendo en lo ideológico. Más allá
de soluciones manidas y propagandísticas han aportado en éste terreno bastante
poco, huyen de definirse ante temas espinosos como la República, o el derecho a
decidir y de entre sus propuestas hay dos que les descalifican para liderar el
cambio: su indefinición voluntaria al mostrarse como gentes que no son de
izquierda ni derecha y lo más grave, unas declaraciones de su líder supremo
planteando sorprendentemente que las ideologías ya no existen, o sea
convirtiendo de un plumazo a Podemos en una fuerza seguidora de las teorías de
Fukujama y su famoso libro de cabecera del neoliberalismo “El fin de la
historia”. Esperemos que en éste mes reorienten su ideología.
Por su parte Ciudadanos
es una fuerza política de extrema derecha en Catalunya, retocada con las mismas
pinceladas de novedosa y rompedora de la
anterior, pero peligrosamente dirigida desde quienes nos han llevado al
desastre en los últimos ocho años. Un invento de derechas para aprovechar los
deseos de novedades del electorado.
En esas condiciones de
nuevo puede darse la paradoja que el PSN-PSOE sea una fuerza imprescindible
para el ansiado cambio. Es entendible el
desasosiego que esa circunstancia puede producir entre quienes lo alientan,
especialmente después de escuchar a su líder Pedro Sánchez asegurar que no
intervendrán en ninguna alternativa que deba contar con Bildu (¿acaso no sabe
sumar?), pero quizás aún exista una
oportunidad para ése socialismo navarro cuya base social más activa, más de
izquierdas le ha ido abandonando por su tortuosa e incomprensible andadura de
los últimos años. Será posible si es capaz de en esos 30 días que quedan para
el 24-M de recuperar en parte su esencia de izquierdas, si da un viraje radical
a su errático rumbo actual que le ha llevado a pasar de 19 a 5 parlamentarios.
Bildu ha hecho ya sus
deberes al aparcar reivindicaciones que separan y centrando su táctica en las
que pueden unir, I-E y Geroa Bai también, ahora les toca hacerlo a Podemos y
PSN.
Lo que resulta evidente
es que el futuro de Navarra después de las elecciones, como algunos hemos
defendido en los últimos tiempos, va a necesitar dosis enormes de imaginación,
audacia y generosidad que conduzcan a pactos estables entre las izquierdas
transversales y para ello cabe recomendar que la campaña sea para explicar
programas y acallar y atacar a un enemigo común: la derecha, evitando
confrontaciones estériles con quienes quizás haya que acordar apenas un mes
después.
La política tradicional
de pactos derecha-PSN en Navarra debe cambiar ahora de dimensión, porque una
traición más sería imperdonable.
Si la izquierda da los
números, el 30/20 que debe convertirse en una campaña propagandística total,
PSN-PSOE (Ferraz a la cabeza), Podemos, Bildu, I-E y Geroa Bai están obligados
a entenderse, sí o sí, por responsabilidad, por coherencia, por honestidad ante
sus bases, están obligados a favorecer una nueva Navarra de pactos hasta ahora
impensables. Porque todos ellos nos deben a la ciudadanía navarra ese demandado
cambio.
30/20 debe ser el grito
que se oiga incansable a partir de ahora.
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias afiliado al PSC que vive en Navarra y miembro de Izquierda Socialista)
Villava-Atarrabia 27
Abril 2015
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