Y parecía tonto y no lo era...de momento
Publicado en DEIA el 4 de Febrero 2016
Ya está, ya tenemos candidato oficial a Presidente del Gobierno y comienza de verdad el partido. Pedro Sánchez lo es y con toda probabilidad lo conseguirá, ahora sólo falta saber si apoyándose en la derecha, o sea con Cs y la abstención (hipoteca de futuro) de PP como desean los barones, baronesas, poderes fácticos, la Troika, Bruselas, bancos, ricachones y la monarquía, o por la izquierda como desean su afiliación y su base social. Esa es la clave.
Habrá presiones brutales hacia la primera, la pregunta es si serán capaces las gentes de las izquierdas de producir una presión parecida que la compense. ¿Será posible un tsunami a favor del cambio de verdad, no del cambio del nombre del Presidente sino realmente de izquierdas? ¿O mirarán entre perplejos y acobardados, o sea cómplices, cómo se desvanece lo que la sociedad votó mayoritariamente?
Porque todo es posible matemáticamente hablando. No le permiten aceptar la abstención de los independentistas y en cambio le animan a aceptar la de quienes han machacado a sus gentes, la de los corruptos. Tremendo.
Ya es candidato, incluso en clave interna con esta nominación ha conseguido que la fecha del Congreso del PSOE aprobada el pasado sábado salte por los aires. Ha sido capaz de engañar a sus propios dirigentes, de engatusarles con un caramelo con esa fecha que ya sabía iba a caer como fruta madura.
Por eso el título del artículo, que no tiene intenciones peyorativas sino significa simplemente una alusión a esta popular frase que se emplea cuando alguna persona nos sorprende, generalmente para bien, después de acciones o comportamientos inesperados.
Esa misma frase se está repitiendo en las mentes de muchas gentes de nuestro país referida en esta ocasión a Pedro Sánchez. Desde que hace un mes despertó de su letargo con su inesperada visita a Portugal, como aviso de que estaba por un gobierno parecido aquí, no ha dejado de sorprendernos.
Después se sucedieron los movimientos inesperados; acuerdo con ERC y DyL para permitirles grupo propio en el Senado que sonaba a pacto de su abstención en una hipotética investidura, su conversación, de la que por cierto apenas han trascendido los términos, con el nuevo President de Catalunya, Carles Puigdemont, o la foto posterior con Andoni Ortuzar ganándose el voto afirmativo de PNV, auguraban igualmente una distensión con la periferia.
Esa inesperada iniciativa de quienes todos sospechaban era rehén de los barones y baronesas de su partido, obligó a Podemos a un movimiento igual de inesperado, ofrecerse para participar en un hipotético gobierno presidido por él.
Habían caído también en la trampa diseñada por un chico corriente. Que Podemos eliminara las líneas rojas planteando implicarse en un gobierno de coalición, era el mejor premio que podía recibir su audacia. Habría sido terrible situarse un una posición de que sólo le apoyaran para la investidura quedándose fuera ziriqueando, criticando cada decisión tomada por su gobierno.
Ya está, ya tenemos candidato oficial a Presidente del Gobierno y comienza de verdad el partido. Pedro Sánchez lo es y con toda probabilidad lo conseguirá, ahora sólo falta saber si apoyándose en la derecha, o sea con Cs y la abstención (hipoteca de futuro) de PP como desean los barones, baronesas, poderes fácticos, la Troika, Bruselas, bancos, ricachones y la monarquía, o por la izquierda como desean su afiliación y su base social. Esa es la clave.
Habrá presiones brutales hacia la primera, la pregunta es si serán capaces las gentes de las izquierdas de producir una presión parecida que la compense. ¿Será posible un tsunami a favor del cambio de verdad, no del cambio del nombre del Presidente sino realmente de izquierdas? ¿O mirarán entre perplejos y acobardados, o sea cómplices, cómo se desvanece lo que la sociedad votó mayoritariamente?
Porque todo es posible matemáticamente hablando. No le permiten aceptar la abstención de los independentistas y en cambio le animan a aceptar la de quienes han machacado a sus gentes, la de los corruptos. Tremendo.
Ya es candidato, incluso en clave interna con esta nominación ha conseguido que la fecha del Congreso del PSOE aprobada el pasado sábado salte por los aires. Ha sido capaz de engañar a sus propios dirigentes, de engatusarles con un caramelo con esa fecha que ya sabía iba a caer como fruta madura.
Por eso el título del artículo, que no tiene intenciones peyorativas sino significa simplemente una alusión a esta popular frase que se emplea cuando alguna persona nos sorprende, generalmente para bien, después de acciones o comportamientos inesperados.
Esa misma frase se está repitiendo en las mentes de muchas gentes de nuestro país referida en esta ocasión a Pedro Sánchez. Desde que hace un mes despertó de su letargo con su inesperada visita a Portugal, como aviso de que estaba por un gobierno parecido aquí, no ha dejado de sorprendernos.
Después se sucedieron los movimientos inesperados; acuerdo con ERC y DyL para permitirles grupo propio en el Senado que sonaba a pacto de su abstención en una hipotética investidura, su conversación, de la que por cierto apenas han trascendido los términos, con el nuevo President de Catalunya, Carles Puigdemont, o la foto posterior con Andoni Ortuzar ganándose el voto afirmativo de PNV, auguraban igualmente una distensión con la periferia.
Esa inesperada iniciativa de quienes todos sospechaban era rehén de los barones y baronesas de su partido, obligó a Podemos a un movimiento igual de inesperado, ofrecerse para participar en un hipotético gobierno presidido por él.
Habían caído también en la trampa diseñada por un chico corriente. Que Podemos eliminara las líneas rojas planteando implicarse en un gobierno de coalición, era el mejor premio que podía recibir su audacia. Habría sido terrible situarse un una posición de que sólo le apoyaran para la investidura quedándose fuera ziriqueando, criticando cada decisión tomada por su gobierno.
Un gobierno de
coalición, un Gobierno del Cambio como les propuse denominarlo en los sendos
escritos que les envié a ambos la semana pasada con éxito según parece, supone convertirse
en corresponsables de los aciertos y también de los errores, sufrir en propias
carnes el desgaste del poder en momentos de crisis, las presiones que seguro va
a sufrir por parte de los poderes fácticos y de Bruselas. Es una inmejorable
noticia para Pedro Sánchez y a demás con el añadido de la torpeza de la puesta
en escena, sus continuos desprecios de nuevos ricos, que le sitúa como víctima
de los ataques de derecha e izquierda y
ya se sabe que en este país el victimismo vende.
Sólo le quedaba
desbloquear la situación interna y nuevamente vuelve a sorprender con dos
movimientos que desactivan a la poderosa maquinaria de sus enemigos. Logra un
consenso para la fecha del próximo Congreso del PSOE, atando que la elección de
Secretaría General sea por primarias que aún no quedaba claro y plantea que
cualquier acuerdo de gobierno deberá ser refrendado por las bases del partido,
por las afiliadas y afiliados.
Consciente como es que
la inmensa mayoría reniegan de cualquier movimiento que permita al PP, sea
Rajoy o no, seguir en la Moncloa y tampoco desea nuevas elecciones en las que
los socialistas saldrán más debilitados aún ha sido un movimiento genial que ha
dejado a barones y baronesas perplejos.
De acuerdo en que ese
referéndum no es vinculante pero alguien en su sano juicio cree que con una
abrumadora mayoría a favor de ese Gobierno del Cambio el Comité Federal va a
votar algo diferente? No es vinculante pero si va a ser decisivo.
Ahora queda lo más
difícil, llegar a acuerdo con Podemos y cerrar definitivamente los votos
favorables de IU y PNV, más la abstención, que no parezca pactada, de ERC y
DyL. ¿Difícil, pero imposible? No, evidentemente no, posible, asequible.
Si a PSOE, Podemos e IU
les une el 99 % del programa social por qué no intentarlo y conseguirlo? ¿Por
qué condenar a su base social a cuatro años más de sufrimiento? Cierto es que
ese Gobierno del Cambio no podrá hacer milagros, que la crisis no desaparecerá
con él, ni las injusticias, ni el paro, pero lo que si resulta seguro es que se
paliarán, que al menos tendrán un tratamiento más justo, más humano, más
cercano. Que además la praxis política sufrirá la profunda regeneración
imprescindible, que exige nuestra sociedad.
Pablo Iglesias y sus
boys tienen la obligación moral, ética, de ponérselo fácil, de no poner más
palos en las ruedas, bastantes le ponen ya nuestros enemigos. La
responsabilidad es de ambos, sí, pero es tiempo de estadistas, de gentes con la
altura de mira propia de la izquierda, de audacia como la suya, pero también
imaginación y dosis ingentes de generosidad y ahí Podemos debe hacer su
catarsis correspondiente. No se puede ofrecer un pacto y al mismo tiempo
sacudir estopa a tu futuro socio un días sí y el otro también.
Pedro Sánchez nos ha
demostrado a todos que efectivamente “parecía tonto” pero no lo es, que está
dispuesto para el cambio y además es consciente de que es su única, su última
oportunidad de seguir en política, de hacer historia, de convertirse en un
Presidente para ser recordado por las generaciones venideras. Es su momento, es
el momento de la izquierda y ni podemos, ni debemos desaprovecharlo, sería una
gravísima irresponsabilidad una traición
a nuestra gente.
Ahora el 2 de Febrero
ya es el candidato oficial a Presidente del Gobierno y comienza de verdad el
partido, incluso en clave interna la fecha del Congreso del PSOE aprobada el
pasado sábado salta por los aires.
Por eso ahora la pelota está
en el tejado de Pablo Iglesias, los movimientos de Sánchez sitúan el partido en
condiciones de ser jugado con inteligencia. Es el momento de demostrar que es
un estadista y que entiende que una negociación sensata deja la posibilidad de
acceder a las bases socialistas, incluso dejando un buen poso en ellas para el
futuro.
Por ese motivo se debe
lanzar un llamamiento a las bases socialistas, a las de Podemos, a las de IU,
incluso a las del resto de las izquierdas a unir nuestra voz, nuestra exigencia
de un Gobierno del Cambio que en cuatro años sea capaz de atenuar el sufrimiento,
de aminorar las tensiones centro-periferia, de alcanzar la paz definitiva.
Alcemos nuestras voces altas y claras codo con codo, como una sola persona.
Aquí y ahora.
Todo esto salvo que
todo lo comentado sea una cortina de humo, que ambos, Sánchez e Iglesias, estén
teatralizando una ruptura que nos lleve al suicidio para la izquierda, en unas
elecciones anticipadas que permitan respirar al PP, en cuyo caso no solo habría
que decir que parecía tonto, parecían tontos ambos…sino que realmente lo eran, además
de dos traidores a los que habrá que escupir a la cara. Si no es posible un
Gobierno del Cambio de izquierdas por posiciones tacticiastas de PSOE y Podemos,
ningún votante sensato de izquierdas debería volver a votarles a ambos en esas
próximas elecciones, ninguno, ninguna, porque las traiciones se pagan……….
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 4 Febrero 2016
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