Entre todos la mataron (democracia), ella sola se murió = Rajoy Presidente
Artículo publicado en Navarra Información, Diario de Noticias de Navarra, El Socialista Digital y Gara el 2 y 3 Agosto 2016
Si pensábamos que en el
culebrón que vivimos desde el 20 de Diciembre pasado ya había ocurrido todo nos
equivocábamos, le faltaba aún la traca final, que quizás no sea la última porque
aún nuestros insignes políticos nos puedan sorprender con alguna más.
De nuevo un Rajoy
retorcido, perverso como un nuevo Maquiavelo del siglo XXI, nos daba una
lección de calculada ambigüedad para favorecerse a sí mismo, aunque sea
menospreciando al resto de contrincantes, a la ciudadanía y a las normas
democráticas existentes hasta que él llegó al escenario político. Habrá a
partir de ahora una manera nueva de hacer política “a lo Rajoy”.
Todo estaba calculado
en su intervención en la rueda posterior a su audiencia con el Rey, para que sólo
quedara el mensaje de que este le había propuesto para postularse ante el
Parlamento como nuevo Presidente del Gobierno y que había aceptado esta
solicitud de acuerdo con la Constitución. Punto final.
Pero dejaba para las
preguntas de los periodistas la verdad oculta. Que a pesar de que pudiera
parecer que se presentaría, en realidad era que aún no estaba decidido y que
probablemente (también sin pillarse las manos) lo haría en el caso de tener los
apoyos suficientes para salir. Maquiavelo habría enrojecido de pudor ante este
brillante discípulo, aunque resulte un insulto a la razón.
Resulta paradójico que
quien se dice propietario de la verdad constitucional y la esencia de la
democracia en nuestro país, acabe pisoteando la primera y ultrajando la
segunda. El señor Rajoy no sólo va a pasar a la historia como el peor
Presidente (y eso que debía superar a un Aznar imponente en su primer mandato),
también como quien destrozó el Estado de Bienestar, lleno la política de
corruptos y destrozó todas las reglas de juego democráticas habidas y por
haber. Un impresentable que prostituye todo lo que toca.
Cuando se señala como
culebrón lo acontecido en los últimos siete meses no se hace por casualidad.
¿Qué caracteriza a los culebrones más clásicos? Su larga duración, las pasiones
inconfesadas, las maldades más perversas y una buena persona que sufre sus
consecuencias. En este caso esa persona es nuestra ciudadanía acosada,
utilizada, mancillada por este malvado personaje y sus secuaces.
Pero siguiendo la línea
argumental del culebrón en el mismo también surgen personajes como Rivera,
Sánchez, Iglesias, y los malvados nacionalistas. Son gentes variopintas que van
desde el lameculos del malo, hasta el cobarde, el traidor, o las comparsas que
al final despiertan de su letargo. Es probable que en el nuestro ocurra lo
mismo, aunque ya están tardando mucho.
Porque aquí viene la
segunda parte, el papel del resto. Lo de Rivera parece claro rendido con armas
y bagajes al malo de la serie. Aunque siempre con los traidores y mentirosos
cabe dejar una puerta abierta, a que también acaben traicionando y abandonando a
ese malvado en el último instante.
El resto generan más
dudas. ¿Permitirán que se salga con la suya con esta última jugada de truhan
tramposo? ¿O denunciarán alto y claro que la Constitución en su artículo 99.2,
del que ya todos somos expertos, no contempla que pueda desairar al monarca y
dar la espantada una vez aceptada su propuesta? O sea que sí o sí, debe
jugársela y presentarse a la investidura con el riesgo de perderla, como por
cierto hizo Sánchez.
Porque no hacerlo sería
una decisión sin precedentes y abriría la posibilidad de interpretación libre
de la Constitución, por ejemplo la de otros artículos como el 92, consiguiendo así
que la frase “las decisiones políticas de especial transcendencia podrán ser
sometidas a referéndum…” permitiera realizar referéndums en Catalunya o
Euskadi. Porque si para él todo vale, por qué no extender ese principio a los
demás? Si el artículo 99.2 permite la flexibilidad y la interpretación libre
por qué no el 92?
Se abre pues un periodo
de incertidumbre y desasosiego debido al peculiar carácter de este personaje
sombrío. En el caso de que la presión social (ésta escasa), política y
mediática le obligaran a presentarse y que el resto mantuviera la palabra dada
a su electorado, saldría derrotado. Después de todo lo ocurrido en los últimos
veinte días, incluida la rocambolesca elección de la Mesa del Congreso, Pedro
Sánchez estaría obligado a dar un paso al frente presentando su candidatura y
sus barones y baronesas a callar para no convertirse en traidores. Tampoco
conviene que olviden que a día de hoy media cúpula, o más, del PP está ya
imputada e irá a juicio por los casos de corrupción.
Si toma esa decisión el
resto de partidos estaría obligado a apoyarle con dos opciones posibles, que
Podemos y Ciudadanos terminaran con su cuitas en aras del bien común,
especialmente después de ver el peligro que para nuestra democracia suponen
Rajoy y su PP.
Aunque parezca
paradójico a la vista de los resultados del pasado 26-J, existen más
posibilidades ahora que después del 20-D debido a estas nuevas circunstancias. Conclusión:
en el peor de los casos con el voto en contra de Ciudadanos (menudo sapo a
tragar por Rivera) 180-170. Punto final feliz al culebrón.
Ese gesto de valentía
supondrá para Pedro Sánchez reconocerle su función de estadista a la vieja
usanza, salvará su cabeza política ahora en peligro y aportará luz y color a un
país demasiado gris y oscuro. Es cierto que eso le obligaría a un ejercicio de
audacia, imaginación y generosidad sin precedentes y especialmente a montar un
gobierno dispuesto a dialogar, pactar, acordar buscando constantemente puntos
de encuentro que puedan sacar a nuestro país de la crisis con el menor coste
posible y solucionar de una vez por todas las tensiones centro-periferia, uno
de los motivos por los que los nacionalistas deberían apostar por esta
solución.
Quizás esto sólo sea el
sueño de un ingenuo en una noche de verano y que al final como plantea José
Antonio Pérez Tapias, una de las pocas voces lúcidas de la izquierda del PSOE,
esto acabe con la “conjura de los necios”, la victoria de los mediocres, del
peor discípulo de Maquiavelo. Que entre todos la mataron, a la democracia, y
ella sola se murió y Mariano Rajoy, ese personajillo de tres al cuarto, siga
gobernado nuestro país para vergüenza de nuestros ancestros.
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 1
Agosto 2016
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