De Macron a Melenchon pasando por Le Pen
Pasó el susto, las
elecciones en Francia nos han devuelto a la normalidad después de un mes de
zozobra. Todo ha quedado según lo previsto y después de los dos disgustos del
“Brexit” y el triunfo de Donald Trump al final a la tercera va la vencida y
todo acaba como las películas americanas con final feliz.
Pero no conviene que el
árbol acabe haciéndonos impedir que veamos el bosque. No todo ha sido de guión
de amores románticos, porque el pasado domingo algo muy importante se ha
quebrado peligrosamente en Europa.
Es cierto que Marine Le
Pen y su Frente Nacional ha conseguido nada menos que once millones de votos y
no precisamente de los caladeros habituales de la derecha francesa. Incluso se
podría decir que ha sido capaz de ganar en lugares donde hace apenas unos años
arrasaba el Partido Comunista Francés.
¿Cómo ha sido posible
esta insólita transformación del electoral tradicionalmente de izquierdas?
Parece evidente que existen dos razones fundamentales, por un lado que los
partidos que habitualmente les representaban han dejado de hacerlo, que se han
sentido abandonados por ellos y por otro que el fenómeno de la emigración y sus
consecuencias sobre ese sector de la población, ha producido consecuencias
demoledores sobre ellos.
Cometeremos un error
las izquierdas, cometerán un error las izquierdas francesas si no prestan mucha
atención a lo acontecido en los últimos días en Francia.
Más allí de esta
peligrosa situación se puede decir sin peligro a errar que durante las dos
fases de esas elecciones han resultado ganadores de una u otra manera, por un
lado lógicamente el triunfador indiscutible, Emmanuel Macron que ha sido capaz
de emerger de la nada, por otro la propia Le Pen que ha llevado a su FN a cotas
inimaginables hace años y por último otra figura rompedora como Melenchon.
¿Por qué resulta
también entre los ganadores Melenchon? Porque estuvo a punto de dar la sorpresa
en la primera vuelta y porque puede llevarse consigo el casi 10 % de votos nulos
y en blanco, dato inédito en Francia, más una parte sustancial del más de 25 %
de abstención.
También hay perdedores.
Precisamente los dos partidos que habitualmente competían alternándose en la
victoria, por un lado la derecha Republicana de Fillon y por otro el Partido
Socialista Francés de Hamon. Un socialismo a la deriva, diezmado por las
deserciones (Macron y Melenchon provienen de sus filas) y por la profunda
división interna.
Ha sido lamentable que
la izquierda, incluso a pesar de que las encuestas lo vaticinaban (y en Francia
suelen acertar) no haya sido capaz de aparcar sus divergencias y haber apoyado
al sector mayoritario, en este caso Melenchon, lo que probablemente habría
llevado a que el enfrentamiento se hubiera dado entre él y Macron. O sea situar
la misma en el tradicional eje derecha-izquierda con resultado imprevisible.
Pero no fue así, Hamon
y su PSF de manera suicida decidieron mantenerse en la contienda llevándoles a
un resultado insignificante y catastrófico. Al PSF le quedan una travesía terrible que recorrer de cara a
las legislativas del próximo mes de Junio y mucho deberán avanzar para evitar
una nueva debacle, quizás esta definitiva.
Que tome buena nota el
PSOE a punto de quebrarse el próximo 21. ¿De darse esa quiebra Susana Díaz
puede ser el Macron de aquí si lo abandona al ser derrotada? ¿Puede ser Pedro
Sánchez el Melenchon en caso contrario?
Aquí esta una nueva
clave. ¿Qué puede ocurrir en esas legislativas? Hay que recordar que a
diferencia de nuestro país también son a doble vuelta, o sea que los dos
candidatos más votados pasan a la siguiente fase, donde se producen
confluencias y apoyos que pueden dar un vuelco en los resultados.
Van a ser unas
elecciones llenas de incógnitas. ¿Será capaz Macron en apenas unas semanas de estructurar
una oferta electoral, un nuevo partido, partiendo de la nada? ¿La derecha
republicana levantará su moral y será capaz de competir dignamente? ¿Marine Le
Pen podrá mantener los apoyos prestados, que se calculan en un 50 %, en esas
próximas elecciones? ¿Será capaz la izquierda, Melenchon y Hamon, de ponerse de
acuerdo para presentar una propuesta seria y unitaria?
Como se ve de las
diferentes respuestas a esas complejas preguntas, puede dar lugar a escenarios muy diferentes, que
pueden producir una situación de absoluta locura. Francia es un país
presidencialista eso resulta evidente, pero de cómo se estructuren las próximas
cámaras legislativas puede suponer o un reinado plácido para el ahora todo
poderoso Macron, o una convivencia endiablada lejana incluso de la famosa
cohabitación tradicional.
Se avecinan tiempos
difíciles a los que habrá que sumar una situación social explosiva, más unos
sindicatos dispuestos a la confrontación total con el nuevo gobierno si
continúa con las medidas anti populares del anterior.
Francia ha hablado,
hablará de nuevo el próximo mes. España observa, la izquierda española debe
observar y aprender de los errores. La división beneficia a los enemigos y sólo
la unidad puede lograr la victoria. Veremos si aquí aprenden.
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 8
Mayo 2017
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